La pérdida de audición es el déficit sensorial más frecuente en la población mundial, más frecuente que el síndrome de Down, la espina bífida o la fenilcetonuria.
Dr. Rafael Ramírez
Publicación 01-03-2017
Introducción. Manejo del paciente con sordera del oído interno
La pérdida de audición es el déficit sensorial más frecuente en la población mundial, más frecuente que el síndrome de Down, la espina bífida o la fenilcetonuria.
La posibilidad de diagnosticarla precozmente supone la prevención de las deficiencias sobre el lenguaje y la comunicación que conlleva. Al margen de las sorderas hereditarias, el envejecimiento, la exposición al ruido y a medicamentos ototóxicos son los principales factores que intervienen en el desarrollo de la pérdida auditiva.
Los programas de detección universal de la sordera han demostrado ser un m.todo efectivo a la hora de plantear soluciones tempranas que permitan el desarrollo del ni.o privado de audición y su integración en la sociedad. No obstante, un buen n.mero de personas desarrollan la pérdida de audición a lo largo de su vida, tal como expresa una interesante revisión sobre las sorderas gen.ticas que se actualiza periódicamente.
En la mayor parte de los casos los conocimientos actuales hacen necesario valorar la interacción entre los factores gen.ticos y ambientales, que concurren en grado variable en la progresión de determinadas sorderas neurosensoriales. Así, aunque la exposición al ruido ambiental y laboral se considera una parte importante en el desarrollo de este tipo de pérdida auditiva, los factores gen.ticos influyen en el grado de pérdida que desarrollará cada individuo.
En este sentido es interesante reseñar que se detecta un incremento de la prevalencia en función de la edad, hasta el punto que a los 3 años es doble que al nacimiento, y a los 16 años esta se multiplica por cuatro, considerándose que el 23% de las sorderas tienen un inicio tardío o progresan tras el nacimiento.
(…)
Este libro pretende poner al día al especialista en los conocimientos actualizados sobre la sordera neurosensorial, aun cuando aceptamos que, afortunadamente, la realidad nos sobrepasará en un futuro inmediato. Aun reconociendo la imprescindible función de los investigadores básicos en los conocimientos más recientes referidos a la cóclea, en este libro se ha pedido la colaboración de clínicos implicados en investigación traslacional, con el objeto de no perder el sentido clínico que ha motivado su elaboración.