Fragilidad y presbiacusia

Envejecimiento y necesidades de las personas mayores: estrategias sanitarias para un envejecimiento saludable

ISBN: 978-84-09-305445

Rubén Polo, Manuel Manrique

Aislamiento social

Numerosos estudios han demostrado que el aislamiento social es un predictor de mortalidad, enfermedad psiquiátrica, deterioro cognitivo y físico en ancianos. La hipoacusia produce un déficit funcional con disminución de la inteligibilidad y la discriminación de la palabra hablada, sobretodo en ambientes con ruido. Pero este déficit sensorial también genera una pérdida de la autoestima con alteraciones cognitivas, emocionales, tales como vergüenza, pena o enfado, y comportamentales, como distanciamiento y reclusión social. Todo esto lleva a un rechazo de las reuniones sociales y al aislamiento1,2. Según Bowl y colb. aislamiento social es un predictor de mortalidad, de cualquier causa, asociando deterioro cognitivo y depresión en la población de mayor edad. Señala que es necesario desarrollar estrategias para prevenir el aislamiento vinculado a la presbiacusia, y con ello las morbilidades asociadas al aislamiento social y emocional3.

Pronk y colb.4 evalúan de manera prospectiva los efectos del estado auditivo en la soledad y la depresión en una población de 3107 ancianos. El déficit objetivo se mide mediante estudios audiométricos en ruido (Speech in noise test, SNT). El déficit subjetivo auditivo se mide mediante un indicador de discapacidad denominado OECD (long-term disability indicator), que consta de tres preguntas:

  1. Sin audífono, ¿puedes seguir una conversación en un grupo de 3 personas?
  2. Sin audífono, ¿puedes mantener una conversación con una persona?
  3. ¿Puedes usar un teléfono con normalidad?

El grado de aislamiento se mide mediante la Escala de Jong Gierveld, que evalúa el componente social (no tener contactos frecuentes ni grupos de personas recurrentes) y el emocional (falta de una figura de confianza (pareja, mejor amigo). Las conclusiones a las llega son las siguientes:

  1. Los varones con presbiacusia se sienten significativamente más aislados que las mujeres con presbiacusia. Se teoriza que ello es debido a que los hombres dependen más de la comunicación verbal que las mujeres, y además niegan más su enfermedad. Ello conduce a un mayor aislamiento por la mayor necesidad de comunicación para sentirse integrados y la no solicitud de ayuda.
  2. Las parejas en las que existe una persona con presbiacusia, a nivel emocional, sienten mayor deterioro de la relación y menor de intimidad, con diferencias significativas respecto a las parejas en las que ambos son normo-oyentes.
  3. Las personas con presbiacusia que conviven con alguien normo-oyente, se sienten significativamente más aislados que los que no conviven con un normo-oyente. Esto se atribuye a la constante comparación con la situación auditiva normal de su pareja, independientemente del grado objetivo de hipoacusia que padezca.
  4. Se ve que las personas con presbiacusia y nivel educativo alto se sienten más aisladas que las personas con presbiacusia y nivel educativo bajo. Esto se estima así porque los primeros generalmente se exponen a situaciones de mayor demanda auditiva (conferencias, charlas, reuniones sociales) y, por tanto, aunque el déficit objetivo no sea muy grande, se sienten frustrados al no alcanzar buenos niveles de comprensión en una conversación.
  5. Las personas con presbiacusia que no usan ayudas auditivas están significativamente más aisladas que las que si lo hacen.
  6. Se concluye en el estudio que las prótesis auditivas previenen el aislamiento social en personas con presbiacusia.

Mick y colb.5 evalúan de manera transversal la asociación entre la hipoacusia y el aislamiento social en ancianos. Para medir el aislamiento social utilizan el Social Isolation Score (SIS) y el déficit auditivo mediante Audiometría Tonal obteniendo el umbral medio en frecuencias conversacionales. Subdivide una población de 1453 en dos grupos de edad: 60-69 años y de 70-84 años. En el primer grupo, 60-69 años de edad, 20,6% presentaban una pérdida auditiva y 11,9% no la padecían. El índice de aislamiento fue significativamente mayor (p=0.003) en aquellos que presentaban una hipoacusia. En el segundo grupo, 70-84 años de edad, las proporciones fueron de 19,8% y 15,6% para los que padecían o no una pérdida de audición, no hallándose diferencias significativas respecto al nivel de aislamiento, atribuible al tamaño de la muestra y a la mayor demanda social y laboral en el grupo más joven. Sin embargo, en el grupo de mayor edad se observó un fallecimiento más precoz en las personas que sufrían hipoacusia más aislamiento que en las que sentían aisladas, pero mantenían niveles auditivos dentro de los rangos de la normalidad.

Referencias

  1. Mick P, Kawachi I, Lin FR. The association between hearing loss and social isolation in older adults. Otolaryngol Head Neck Surg. 2014 Mar;150(3):378-84.
  2. David D, Zoizner G. Self-Stigma and Age-Related Hearing Loss: A Qualitative Study of Stigma Formation and Dimensions. Am J Audiol. 2018 Mar 8;27(1):126-136.
  3. Bowl MR, Sally J. Dawson. Age-Related Hearing Loss. Cold Spring Harb Perspect Med 2019;9:a033217.
  4. Pronk M, Deeg DJ, Smits C, et al. Prospective effects of hearing status on loneliness and depression in older persons: identification of subgroups. Int J Audiol. 2011 Dec;50(12):887-96.
  5. 5. Jan Mick P, Kawachi I, Lin FR. The association between hearing loss and social isolation in older adults. Otolaryngol Head Neck Surg. 2014 Mar;150(3):378-84.